lunes, 12 de enero de 2009

El sectarismo cultural y académico de los norteamericanos (II)

South Park y su capítulo Pandemia fueron, en realidad, una buena excusa para tratar asuntos más importantes y de mayor interés para este blog tales como el sectarismo académico que no pocos autores norteamericanos poseen en el campo de la administración de los negocios. Sectarismo que en ocasiones, como lo demostraremos aquí, llega a la apropiación ilegal de herramientas y conocimientos que retocan, le cambian de nombre y los promueven como creaciones originales, logrando de modo institucional y formal, lo que los piratas informales consiguen a duras penas: imponer las copias sobre los originales.

Una flagrante muestra del sectarismo académico de los norteamericanos en el campo de la administración se expresa claramente en ese afán por ningunear la trascendencia de Henri Fayol*, el más grande creador de teoría administrativa de todos los tiempos. De origen francés, sus aporte son menoscabados en beneficio de Frederick Taylor, acaso el más modesto y errado contribuyente de administración de origen estadounidense.

Para demostrar esto analizaremos el tratamiento que dan a Henri Fayol los autores de los libros textos más utilizados en gran parte de occidente: los libros Administración. Una perspectiva global de Harold Koontz (que en vida fue profesor de la Universidad de California Los Ángeles) y Heinz Weihrich (profesor de la Universidad de San Francisco) y el libro Administración de James Stoner

EL ENFOQUE DE HAROLD KOONTZ

En el libro de Koontz, si bien es cierto que existe una relativa equidad en el espacio que se le dedica a Fayol respecto del dedicado a Taylor, también es cierto que cualitativamente el trato recibido por Fayol no es precisamente el mas justo y más bien, por momentos le escamotea los méritos a su valiosa contribución, incluso para beneficiar a autores y enfoques más modernos, por supuesto todos ellos norteamericanos.

En la décima edición del libro Administración un enfoque global, cuando refiere la contribución de Fayol le presenta como “El padre de la teoría moderna de la administración operacional” y le da el crédito de verdadero padre de la administración, pero señala: “(…) Aunque existe poca evidencia de que los estudiosos de la administración, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos prestaran mucha atención al trabajo de Fayol o supieran algo del mismo antes de la década de 1920 o incluso años después (…) Esta monografía, reimpresa varias veces en francés, no se tradujo al inglés hasta 1929; incluso entonces la imprimió el International Institute Management, en Ginebra, y sólo se pusieron a la venta unos pocos ejemplares de fuera de Gran Bretaña (…)”[1]

Asumir este hecho editorial como una evidencia inequívoca de que Fayol no influyó en la teoría administrativa anglosajona es tan ingenuo como asumir que ninguno de los autores, ingleses o estadounidenses, fuera capaz de entender y leer en francés, es decir de leerlo en su lengua original. Aun convencidos del provincianismo del norteamericano promedio (que no habla otra lengua que la propia y que posee un alcance intelectual bastante limitado), sería injusto pensar que sus intelectuales y académicos estén en la misma condición que sus compatriotas, más aún si consideramos que es a mediados de la segunda década del siglo XX, cuando Fayol publica su investigación.

Para tener una idea de lo que, por ejemplo, pasa en Francia respecto de la cultura anglosajona, es pertinente referir a Denis Diderot**, no sólo por tratarse de uno de los más representativos intelectuales del país galo, sino además, por lo pertinente de la referencia. Quienes conocen la obra de Diderot saben que la más importante de sus obras, de lejos y sin duda alguna, es la novela Santiago el Fatalista, para muchos epifanía de la antinovela moderna escrita en 1772.

Quienes a su vez han leído Santiago el Fatalista, saben también que la originalidad de este libro, curiosamente, radica en la reinvención del La vida y opiniones del Tristram Shandy, la extraordinaria novela del escritor irlandés Lawrence Sterne. Reinvención que con acierto Luis Pancorbo[2] denomina “plagio nutritivo”, ya que muchos pasajes de la novela del irlandés son parafraseados con genialidad por el enciclopedista francés. En este caso, Koontz y sus colaboradores, de seguro se preguntarían, como fue posible que Diderot, parafraseara a Sterne, si la obra del irlandés, recién se tradujo al francés en 1785, es decir veinte años después de su aparición original y un año antes de la muerte de Diderot, o mejor aún, si fue publicado en francés trece años después que Diderot publicara Santiago el Fatalista. La respuesta es muy simple, como cualquier intelectual culto e inquieto, Diderot, hablaba y leía perfectamente el inglés y había leído el singular libro de su colega irlandés el mismo año en que fue publicado en su lengua original, impactándolo de tal manera, que a modo de un visible homenaje, según muchos críticos, escribiría siete años después su novela Santiago el Fatalista.

Otro aspecto que llama la atención en el tratamiento que Koontz da a Fayol es el calificativo de "monografía" que le endilga a lo que en realidad es la investigación y el esfuerzo de toda una vida. Desde la publicación del libro Administración industrial y general, sabemos que esta obra fue el fruto de una acuciosa investigación que Fayol comienza en los albores del ejercicio de su carrera profesional como ingeniero de minas en 1860, cuando adoptó la costumbre de anotar diariamente todos los hechos que llamaban su atención en lo referente al manejo de la empresa. Sólo 56 años después aparecería ese clásico que es Administración industrial y general sin el cual, sería impensable la empresa tal cual la concebimos y la gestionamos hoy en día muy cerca del primer centenario de la obra que los franceses conmemorarán por todo lo alto en el 2016.

LA PERSPECTIVA DE JAMES STONER

En las dieciséis líneas que Stoner le dedica a Fayol, en la práctica lo que hace es colocarlo como un seguidor del trabajo de Frederick Taylor: “La administración científica se preocupó por elevar la productividad en la fábrica y el trabajador individual. La teoría clásica de la de la organización surgió de la necesidad de encontrar lineamientos para administrar organizaciones complejas, por ejemplo las fábricas.”[3]

Más adelante, luego de reconocer que la doctrina de Fayol conserva, en la actualidad, mucha de su fuerza. Afirma los siguiente: “Fayol se parecía mucho a Taylor, su contemporáneo, por su fe en los métodos científicos. Sin embargo Taylor se interesaba primordialmente por las funciones de la organización, mientras que Fayol se interesaba por la organización total y se enfocaba hacia la Administración, que, en su opinión, era la operación empresarial más descuidada”[4]

Claro, lo que no dicen Stoner ni Koontz, es que Fayol se ocupa de la obra de Taylor, en un apartado de su libro que lo titula “Sistema Taylor”: “ He tratado de hacerme una idea un tanto precisa del sistema de organización llamado Sistema Taylor del que se habla mucho desde hace algunos años. No es cosa fácil; para unos es la dirección del trabajo de los obreros basada en un estudio atento y minucioso del tiempo y de los movimientos; para otros, es el corte rápido del acero, son los métodos de contabilidad y remuneración, etc. Es probablemente un poco de todo esto, pero me parece que es sobre todo lo que el propio Taylor ha llamado “la organización científica o administrativa” (…)”[5]

Luego de revisar las ideas centrales expuestas por Taylor, Fayol recusará con dureza la pretensión del norteamericano de desechar en la organización de los talleres y de los negocios en general, el principio de la unidad de mando que él incluye en su propuesta como uno de los catorce principios de la administración. “Creo que es peligroso dejar que se extienda la idea de que el principio de la unidad de mando carece de importancia y puede ser impunemente violado. Conservemos, pues, preciosamente, hasta nueva orden, el viejo tipo de organización en el que la unidad de mando impera. Se concilia muy bien, por lo demás, con el refuerzo de los jefes de taller y contramaestres recomendado por Taylor”[6]

Ffinalmente, lo más encomiable y lo que llama más la atención es la generosidad que tiene Fayol con la obra de su colega americano; generosidad que por desgracia, ni Koontz, ni Stoner tiene con Fayol: “Mis reservas sobre la organización científica o administrativa de Taylor no me impiden admirar al inventor del corte rápido de acero, al creador de procedimientos minuciosos y precisos de las condiciones en que se ejecuta el trabajo del obrero; al industrial enérgico o ingenioso que después de haber hecho descubrimientos, no ha retrocedido ante ningún esfuerzo y ninguna contrariedad por hacerlos entrar en el dominio de la práctica, y al publicista infatigable que ha querido que el público aprovechara sus pruebas y sus experiencias. Deseamos que el ejemplo del gran ingeniero americano sea seguido a tal respecto por muchos de nuestros compatriotas”[7]

La pregunta que nos queda en la mente como una inquietud errática y desconsolada es cuándo será el día en que leamos de académicos norteamericanos, para sus pares extranjeros, expresiones tan generosas como las que Fayol tiene con Taylor y la respuesta es obvia: cuando los norteamericanos abandonen su sectarismo y dejen de pensarse el centro del universo.

[1] KOONTZ Harold y WEIHRICH, Heinz: Administración: Una Perspectiva global. McGraw-Hill/Interamericana Editores. México 1997. pp.: 46. El subrayado es nuestro.
[2] PANCORBO, Luis: “Prólogo y notas a la traducción al español” de Santiago el Fatalista de Denis Diderot en Alianza Tres. Alianza Editorial. Madrid, 1978.
[3] STONER, James; FREEMAN, R. Edward y GILBERT, Jr., Daniel R.: Administración. Sexta edición. Prentice Hall Hispanoamérica, S.A. México, 1995. pp.: 38. Las negritas aparecen en el original.
[4] Ibídem
[5] FAYOL, Henri: Administración Industrial y General. Sexta edición. Herrero Hermanos, SUCS., S. A. México, 1966. pp.: 215 (La numeración de la página es tal, por tratarse de un volumen en el que la editorial mexicana reúne el libro de Taylor y el de Fayol)
[6] Ibídem: pp.: 221
[7] Ibídem

* El retrato de Henri Fayol ha sido subido del buscador de imágenes de Google y aparece originalmente en: www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fayol.htm
** La imagen de Denis Diderot ha sido subida del buscador de imágenes de Google y aparece originalmente en : http://www.elpais.com/articulo/ensayo/ilustrados/poder/elpepuculbab/20061230elpbabens_2/Tes
*** La portada del libro sobre Lawrence Sterne y el Tristram Shandy ha sido subida del buscador de Google y aparece originalmente en www.utoronto.ca/english/faculty/bookshelf.htm. El libro de Lawrece Sterne, ha sido traducido y publicado en una cuidada edición por la editorial Alfaguara con el título de La vida y opiniones del caballero Tistram Shandy.

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